Es como si todos nos preparamos para una gran fiesta, todos a dieta, listos para disfrutar de los sabores dulces y frescos de las frutas. Pero antes surge explosivamente y en muy pocos días el aviso, los árboles floridos que junto a una mayor luminosidad estimulan visualmente nuestros sentidos.
Esta la hice hace muchos años y conforme va pasando el tiempo descubrí en mi imágenes personales que todo se mezclaba, Van Gogh , los recuerdos de la parcela de mi abuelo y el kimono y otros objetos que había traído mi padre desde Japón.
Me encanta ver las plantaciones de frutales floridos, es todo un espectáculo.
Para mi hija, una rama de cerezo florido con un ave trinando que un hermoso día comienza. Y que puede ser un gran día, de esos que nunca se olvidan.
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